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viernes, 14 de julio de 2017

25 años del comienzo de las obras del Paseo Marítimo


Hoy se cumplen los 25 años de la inauguración del primer tramo del Paseo Marítimo de Koruña, bordeando las playas urbanas de Orzán que habían sido recientemente ampliadas con arena de caolín después de que a lo largo de los años el desarrollo de la ciudad se las hubiera comido (en marea alta el mar pegaba contra una escollera que delimitaba la zona arenosa) . La obra con el transcurso de los años transformaría y redefiniría todo el litoral de la ciudad, desde O Parrote hasta Bens, acercando el mar a los koruñeses, redescubriendo otra cara de la ciudad que hasta entonces había sido una zona marginal, la puerta de atrás,  ocupada por naves industriales, estercoleros, huertas y chabolas, incluso había un matadero que se deshacía de sus restos vertiéndolos al mar. En la transformación hacia una nueva ciudad, se desvaneció la singular personalidad de humildes barrios atravesados por el paseo, como el del Matadero o San Roque. También desapareció un lugar de ocio-residencial muy popular, el Sislar. Tenía unas piscinas al aire libre donde muchos koruñeses disfrutaban en verano bañándose en aguas templadas, sin oleaje ni salitre. La idea no se volvió a recuperar, en la actualidad nadie se puede poner moreno bajo los techos de las piscinas municipales.

 El cemento ,de manera muy artificial, borró muchos recovecos de los acantilados y cantiles de la costa koruñesa.




En los 80 así era la Playa del Orzán durante la marea alta antes de construirse el paseo marítimo actual. Se puede apreciar la escollera. https://javalinquin.jimdo.com.
En esta foto de los años 50 se puede apreciar la existencia de un paseo en la Playa de riazor parecido al actual. Al fondo se puede apreciar las arcadas y el Estadio de Riazor. 




Aspecto de la Playa de Orzán en los años 30.
Así era el litoral en As Lagoas-Monte Alto  hace 40 años.

Fue un 14 de julio de 1992, dicen las crónicas que el ministro Josep Borrell se encontró a toda la gente en la calle, llenando las playas y el deseosa de estrenar el nuevo paseo marítimo. El tiempo acompañaba y la estampa era la de una Copacabana trasladada al noroeste peninsular, comparación esta que  serviría para que representantes del Dépor convencieran a Bebeto que por esas fechas se convirtió en el fichaje más flamante de toda la historia del club herculino. Pero esa, la del nacimiento del Superdépor, es otra historia.

Planes urbanísticos

La  idea de crear una vía peatonal que circundara la península brigantina no surgió a finales del siglo XX. En 1945 se presentó en el ayuntamiento el llamado "Plan Cort", diseñado por el arquitecto César Cort, que no se aprobó y con el que se pretendía abrir la ciudad al mar con un paseo marítimo que seguía un trazado parecido al actual desde San Roque hasta la Avenida de la Marina,  de oeste a este sobre la costa.

Propuesta Plan Cort para vía peatonal costera. 1945.
Desde entonces, se sucedieron otros planes urbanísticos en los que se abordaba el tema de la remodelación del frente marítimo de la ciudad.

El más polémico de todos ellos fue el que presentó el alcalde Paco Vázquez poco antes de las elecciones municipales de 1987 con el fichaje de una estrella de la arquitectura, Ricardo Bofill para su primer esbozo de gran avenida marítima desde la Marina hasta San Roque, vendido por el socialista como el mayor hito histórico desde que se derribaron las murallas de la ciudad, 200 años antes. Aquello se presentó bajo el nombre de "A Coruña del 2000". Dicho plan obligaba a derruir una buena cantidad de edificios: 4 colegios (Los Salesianos, la Escuela Infantil de Zalaeta, Sanjurjo de Carricarte y Víctor López Seoane), la casa de la Cruz Roja, la Cárcel Provincial, más de 20 mil viviendas en Orillamar, San Amaro, As Lagoas y Zalaeta. La dársena del puerto pesquero iba a transformarse en una especie de estanque que estaría rodeado de edificios destinados al comercio de tres pisos de altura al estilo de la Grecia clásica, con columnas y capiteles. Incluía una especie de anfiteatro griego en el solar del Hotel Finisterre y la Solana. Dos grandes obeliscos se erigirían imponentes en las esquinas de la Marina. Pero lo peor era el edificio de 20 pisos plantado en todo el centro de la ciudad, al estilo New York, donde estaban situados los antiguos carros de los varaderos.

Aquella especie de Atenas koruñesa o sucedáneo del Puerto de Ostia se presentó al público en el Kiosco Alfonso con todo tipo de detalles. incluyendo maquetas, y la presencia estelar del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, el ministro de Obras Públicas Sáenz de Cosculluela y el ministro de transporte, Abel Caballero. La fiesta costó más de 100 millones de las antiguas pesetas.

La protesta de los ciudadanos ante aquel desaguisado especulativo, en el que muchas personas iban a ser desplazadas de sus hogares, más la de los estudiantes de la Escuela de Arquitectos y la Comisión de Cultura y Planteamiento de la delegación de Koruña del Colegio de Arquitectos de la Universidad de Koruña, fueron sufcientes para poner freno al afán arquitectónico imperial de Vázquez, que quizás nunca se tomó muy en serio todo aquello (igual le sirvió para despistar al personal, como un señuelo). Un profesor de la Escuela de Arquitectura de Koruña, Andrés Reboredo, llegó a comparar el proyecto de Ricargo Bofill con la arquitectura nazi de forma travestida y frívola, además de calificarla de engaño, burla, insulto a la inteligencia y un desprecio a la cultura local. Si bien, nunca pasó de la pequeña escala aquella megalomaniática  y hortera polis griega trasplantada al siglo XX en la cornisa atlántica, Bofill dejó su huella mediterranoide en la infraestructura.

Con sus 13 kilómetros dicen que es el paseo marítimo más largo de Europa. En 2011, 11 años después de comenzar a construirse, se puso la última piedra de esta vía peatonal. Según información de la web municipal, la cronología de esta infraestructura fue la siguiente:
  • 1990: comienzan las obras. Francisco Sáez de Cosculluela pone la primera piedra del paseo el 10 de septiembre de 1990. 
  • 14 de julio 1992: se abre el tramo Playa de Orzán- Las Esclavas.
  • 8 de mayo de 1995: se finaliza el tramo que bordea todo el frente marítimo desde San Roque de Afuera hasta Las Esclavas. 
  • 26 de febrero de 1996: se inaugura el tramo entre la Fuente de los Surfistas y la Maestranza. Sin embargo, se queda un tramo por debajo del paseo, sin ser incorporado, la finca de Os Mariño un solar que se queda abandonado hasta que en 2009 es transformado en un mirador. 
  • 13 de agosto de 1999: se inaguran los 800 metros de nuevo paseo que lo extiende hasta el nuevo hito de la ciudad, un monolito de cristal dedicado el nuevo milenio, de ahí su nombre, Milenium. 
  • 11 de octubre de 1999: se suman 100 metros más en fuerte pendiente hasta Los Rosales.
  • 2011: último tramo finalizado de lo que hasta ahora es el paseo marítimo con el tramo los 2,3 kilómetros hasta alcanzar O Portiño. Esta parte del paseo ha sido más respetuosa con el paisaje transcurriendo por viejos senderos que comunicaban la ciudad con Bens. 
Paco Vázquez caminando por el último tramo del paseo marítimo.
Aunque el paseo se extiende de manera casi "sin querer",  hasta la Playa de Suevos, más allá de la planta de tratamiento de aguas residuales.

En el primer tramo, tras una ampliación de las playas con áridos procedentes de cantera (algo que arruinaría para siempre la calidad de la arena natural tanto como el peluquín contrasta en la cabeza de un calvo con su pelo) permitió ampliar hacia el mar la avenida que bordeaba las playas, construyendo un muro sobre las mismas, con lo que curiosamente se reducía todavía más el arenal original.  Esto permitió ampliar el ridículo espacio de circulación que bordeaba la costa entre la Avenida Barrié de la Maza y la Avenida Buenos Aires. De una gris acera de 80 centímetros se pasó a los actuales 11 metros de ancho, que dan cabida a la zona peatonal y los de circulación de coches con 5 carriles en la parte más ancha.

Noticia en la Voz de Galicia del 14 de abril de 1993. 
La megaobra fue financiada a partes iguales por el Ministerio de Obras Públicas y el Ayuntamiento, en aquellos tiempos en los que desde la UE llegaban grandes cantidades de dinero para todo tipo de proyectos. El cartelito del FEDER era habitual en las numerosas obras que pusieron España patas arriba durante décadas. El  presupuesto aproximado del Paseo Martítimo superó los 10 mil millones de pesetas (1666666 euros), gasto polémico puesto no pocas veces de ejemplo como gran despilfarro de dinero público (en la actualidad esas críticas se las llevan el Puerto Exterior (otra de las huellas vazquianas) y la reciente remodelación de La Marina, un proyecto con el que el Negreira quiso emular a Paco Vázquez con el fin de convertirse en una especie de sucesor, al menos en lo de grandes obras urbanísticas, pero los koruñeses esta vez decidieron que con un Gran Paco (el socialista, no el fascista) habían tenido de sobra, y en estos tiempos de crisis y austeridad, el modelo copiado ya estaba más que desfasado).

Por el camino, las prisas de las inauguraciones, especialmente en vísperas electorales, se fueron cometiendo irregularidades en las que hubo trato discriminatorio a las personas afectadas por las expropiaciones de terrenos. En unos casos, unos perdían y el resto ganaba. Por ejemplo, los propietarios de la llamada Finca de Los Mariño, recibieron del Ayuntamiento 415 millones de pesetas, cuando el valor catastral del solar era de tan solo 49 millones de pesetas. Otro "pelotazo" fue el de la antigua cetárea de As Lagoas, donde se construyó "La Casa de los Peces", un terreno en dominio público cedido por el Estado para la cría de langosta y por lo tanto podía expropiar cuando considerada que ese espacio costero fuera de utilidad pública, sin derecho a que el propietario (Ramón Pose e hijos) recibiera indemnización alguna. Pues bien, el Ayuntamiento pagó, en 1994, 330 millones de pesetas por unos terrenos que tenían un valor catastral de 26 millones de pesetas. Al final la cifra se redondeó hasta unos 400 millones de pesetas por unos sospechosos intereses muy elevados en el inexplicado retraso del pago.

Transformación de la fachada marítima
El impacto urbanístico del nuevo trazado de la vía peatonal fue enorme, no solo por su construcción, los alrededores del paseo también fueron cambiados. De repente, aquella parte de la ciudad, sucia y olvidada, se convertía en primera línea, a la vista de todos. Lo que era una zona industrial o un barrio humilde, ahora se incluye en las áreas más representativas de la ciudad que todo forastero debe visitar.

Proyectos paralelos se fueron desarrollando a medida que el paseo iba rodeando la península koruña.
  • El tranvía vintage
Uno de los más estelares fue el tranvía, al parecer un capricho del alcalde que movido por su nostalgia infantil tuvo la idea de dotar a la ciudad de una linea de tranvías vintage (modelo Siboney que cubrió el trayecto Koruña-Sada desde 1915 a 1962). Entonces todo se llenó de horribles catenarias con sus cables de acero. A la altura de la Torre de Hércules, la vista desde el paseo era rasgada por aquellas lineas metálicas, rematadas por las muy mediterráneas y "bofillescas" palmeras que duraron un suspiro al no poder soportar el frío del ventoso aire atlántico y su salitre. A pesar de la ambición con la que se reintrodujo este  transporte público,  no tuvo mucho recorrido. Su trayecto alcanzó Riazor, desde el Puerto.


La intención de crear un tranvía metropolitano o metro ligero no pasó del papel y el corto periodo de reaparición en la ciudad del tranvía eléctrico, 14 años,  solo tuvo éxito en los periodos de verano cuando los turistas, con tiempo de sobra y paciencia, se subían en él para disfrutar del corto viaje a lo largo de un tramo de la costa herculina. A los pocos años, los vehículos dejaron de salir de Cocheras hasta el día de hoy. Las vías y catenarias han sufrido daños o pérdidas que exigen reparaciones costosas para que el servicio vuelva a ser activo desde que en 2011 dejaran de circular las máquinas. Con la llegada de la Marea Atlántica a María Pita se dio un carpetazo a esa posibilidad. Incluso se está estudiando la eliminación toda la infraestructura para evitar accidentes de tráfico provocados por las vías, muy resbadalizas con lluvia.

El fracaso del tranvía dejó un déficit de 1,7 millones de euros con un número de usuarios anualmente que nunca superó la cifra de algo más de la mitad de lo que se inicialmente se esperaba (300 mil). A pesar de que en sus inicios se proyectó para circunvalar la ciudad;  este llegó hasta la altura del Estadio Riazor. La siguiente ampliación hasta el icónico Millennium, sin su principal valedor en María Pita, ni se empezó.
  • El mobiliario Kitsch 
El paseo se caracterizó desde el primer momento por sus elementos un tanto horterillas, con toques estilo marinerito y rococó. El más significativo es la balaustrada, una muralla de piedra de 6 kilómetros que sufrió los azotes de los temporales de invierno y otoño con momentos en los que el mar arrancó parte de la misma. Para evitar nuevos incidentes se llegó a hacer costosos rellenos de las playas con arena de caolín que alejaron la orilla de Orzán y Riazor cientos de metros hacia mar adentro. Los ingenieros de caminos creyeron que así lograrían debilitar más el oleaje para que este alcanzara el paseo con una fuerza mucho menor. Se equivocaron. Al admitir la imposibilidad de detener la furia marina, se decicidió adaptarse a ella sustituyendo la zona de balaustrada más expuesta al oleaje por gradas y ligeras barandillas de acero. Be water my friend.

Unas 600 farolas forman parte del mobiliario. Las más llamativas son las rojas de estilo modernista en la parte de Orillamar. Cada una adornada por cuatro esmaltes de la artista Julia Ares con motivos alegóricos al pasado de la ciudad o relacionados con los edificios cercanos (Hípica, Casa de los Peces, Escuela de Bellas Artes, Torre de Hércules), 1200 en total. Hubo su polémica con el elevado coste de estos adornos. 

Otros elementos singulares en las cercanías del paseo son: 

-El soldado romano del escultor colombiano Botero: frente a la Casa del Hombre, mirando a la ensenada del Orzán, esta escultura de bronce.


-El reloj de pulsera gigante: uno de los adornos más "bizarros". Situado en la plaza de As Lagoas, frente al bloque de cemento del edificio Mediodía, paradigma de los destrozos arquitectónicos y paisajísticos más flagrantes de la ciudad.


La sirena: obra de Márgara Hernández, sobre una roca del Matadero. Su gesto es el de un saludo al sol en su ocaso. 

La Fuente de los Surfistas en el Matadero: muestra dos hombres de bronce haciendo surf, un homenaje a los surfistas de la Playa de Orzán realizado por José Castiñeras. Junto a la de Cuatro Caminos, es la fuente más fotografiada de Koruña.


El Millennium: el obelisco de vidrio más alto del planeta con 46 metros de altura. Pintados en esos vidrios verdes, escenas de la historia de la ciudad dibujadas por Gerardo Porto. 

Obelisco Millennium

El pulpo
: obra del escultor local Javier M Padín, hecha en hormigón recubierta con piezas de cerámica. Mide 2 metros de largo y 3 metros de ancho.



En todo este recorrido por las esculturas más significativas del paseo marítimo, el Parque Escultórico de la Torre de Hércules o Parque Celta (título como el que inicialmente se conoció en el proyecto de Bofill) se merece una mención especial. Contiene 15 obras entre las que destacan por haberse hecho muy populares:
-Caracola (Moncho Amigo).
-Breogán (Xosé Cid).
-Menhires (Manolo Paz).

También con el tiempo el entorno del paseo ha ido sido transformado con nuevos edificios. La revalorización dada por la vía peatonal a los terrenos que atraviesa ha propiciado la construcción especulativa de inmuebles, aunque pudo ser peor si se hubieran aprobado proyectos de construcción como el de la la zona residencial en un espacio cercano a la Torre de Hércules. La vista del faro mileniario fue más ocultada por un nuevo edificio levantado a pocos metros del paseo marítimo.

Gran edificio construido frente a la avenida marítima. Con su altura y posición ha ocultado más la Torre de Hércules.
Muy cerca de este edificio se construyó el Hotel María Pita.  Otro negocio que se hizo con el nuevo trazado del litoral koruñés fue el de los aparcamientos subterráneos.

Por otro lado, este entorno se ha ido enriqueciendo con nuevos museos. El primero fue "La Casa del Hombre" o "Domus" (inaugurado en 1995) dentro de un edificio en forma de vela hecha con piezas de pizarra gallega, sobre una estructura de granito, materiales muy resistentes a las inclemencias del tiempo. Fue diseñado por el arquitecto japonés Arata Isozaki y César Portela. Desde su interior o desde las escalinatas de acceso al museo se puede disfrutar de unas de las mejores vistas de la Bahía del Orzán.

 Desde 1999 el paseo permite al viandante, previo pago, sumergirse en el Océano Atlántico gracias a la creación del Aquarium Finisterrae, casi a los pies de la Torre de Hércules. Su sencillez e integración en el ambiente (se construyó sobre un entrante de agua usado anteriormente como cetárea), guardando en ciertos aspectos una distancia apreciable respecto a los grandes espectáculos chabacanos que caracterizan a estos expositores de vida marina, hace de esta casa de los peces una de los más originales y menos artificiales aquariums, donde el mar se puede sentir cercano con su oleaje y sus mareas, además de la fauna y flora marina local, propiciando incluso su asentamientos en el interior de los tanques. Solo hay que ver el fantástico hecho de la colonización a lo largo de dos décadas llevada a cabo por algas e invertebrados marinos. Las tonalidades verdosas del agua del acuario indican que es una agua llena de vida marina, agua oceánica, la verdadera protagonista del museo que pasa desapercibida para la mayoría de los visitantes, ávidos de ver esos elementos circenses y aberrantes propios de los grandes acuarios públicos.

Integración en el paisaje del acuario.
En épocas de temporal, mar y acuario se confunden.
Interior del acuario.

El último museo en sumarse al paseo fue el MUNCYT (Museo Nacional de Ciencia y Tecnología) ubicado en el edificio Prisma de Cristal, edificio levantado con la financiación de la Diputación con un objetivo diferente del que hoy tiene. Dentro existe una muestra de la gran colección de tecnología obsoleta perteneciente a este museo nacional.


 El paseo marítimo termina en las faldas del Monte San Pedro, un espacio público recuperado por el Ayuntamiento con varias remodelaciones desde 1999 hasta el año 2007. Se construyó un mirador, un restaurante y un ascensor que comunicaba el paseo marítimo con el parque. Desde sus 142 metros de altura se observan unas vistas estupendas no solo de la ciudad, también de parte de las rías altas. Para ello lo mejor es sentarse con tranquilidad, a ser posible en las horas en las que haya menos gente, en la última planta del mirador.

Otro parque es del Bens, en no muy buen estado en la actualidad. Bajo parte de esta zona verde se encuentran los restos del antiguo vertedero de la ciudad.

Es una pena que no se tome en serio la posibilidad de crear una gran zona verde que incluya los dos parques, libre de la especulación urbanística y abundante en instalaciones rurales (cada vez más escasas en Koruña) y bosques de especies locales.

Valores naturales
Sin duda, lo mejor del paseo marítimo es el contacto a lo largo de horas con el océano, caminar por sus aceras es darse un baño atlántico, sentir esa extraña pertenencia a un planeta cuando se camina durante mucho tiempo bajo el sol con un especial sentimiento de pertenencia a las costas que baña el océano. 
Estos días, desde María Pita han puesto en marcha una iniciativa muy relacionada con esta riqueza natural de la costa de la ciudad. Se denomina la Senda Atlántica, un camino con la distinción de sendero azul (como lo de bandera azul pero para caminos), de 12,5 kilómetros entre O Parrote y el Monte de San Pedro. Su principal fin es el de fomentar la actividad física ya sea caminando o en bici al mismo tiempo que se va descubriendo la relevancia cultural o natural de lo que el senderista se  encuentra gracias a unos paneles. 

Problemas
La longitud del paseo marítimo y su exposición a las duras condiciones ambientales de la costa son condiciones que exigen un esfuerzo y dedicación constante a las concejalías responsables en su mantenimiento. Los fuertes oleajes obligan a sustituir año tras año partes del paseo dañadas. Estos 25 años han dejado su paso en las baldosas del paseo. Las del tramo Riazor-Matadero fueron sustituidas hace unos años. Eran las que estaban en peor estado, el resto siguen deteriorándose por lo que tarde o temprano tendrán que ser retiradas. Algo parecido pasa con las farolas que sufren averías o simplemente se quitan sin ser sustituidas. Quizá en el futuro deberían ser cambiadas por otras más acordes con la época y que ocasionen menos gasto energético y contaminación lumínica. 

Hay tramos del paseo que se encuentra en peor estado del resto. Mucho de esto tiene que ver con la desidia municipal que emplea sus recursos en aquellas zonas más concurridas. Es el caso del trayecto más moderno, el que circunda el Monte de San Pedro, dejado de lado con un mantenimiento escaso.

Otro ejemplo de abandono es el carril bici, con baches y necesitado de una buena mano de pintura.

Por otro lado, el Monte de San Pedro también está empezando a sufrir un periodo de abandono como se puede apreciar por fotos que envían usuarios koruñeses a las redes sociales. Después del fiasco del ascensor, gestionado por una compañía privada, el Ayuntamiento ha decidido que cambie de manos y reducir los días en los que está operativo. Junto al mirador acumulan más de 3 millones de euros de pérdidas desde que se pusieron en funcionamiento, hace 9 años.

El Parque de Bens se encuentra en peor situación y escasean los visitantes.

Otro fracaso fue lo que ha pasado con el obelisco Millennium. El sistema de iluminación lleva tiempo sin funcionar y los bajos se han convertido en un estercolero lleno de ratas y refugio de mendigos. En un principio la base del monumento iba a servir como uno de los mejores miradores de la ciudad, con su restaurante-cafetería incluido, a la altura de las salpicaduras del oleaje, pero este acabó destrozando las grandes ventanas del recinto. Se tapió varias veces, sin éxito. En una ocasión el mar derribó un muro de piedra, cemento y ladrillos. Lo último de este emblemático monumento de la ciudad es que los okupas han hecho realidad por fin el proyecto pensado por Paco Vázquez.... ¡han montado un bareto! Más de un turista se ha llevado un susto pensando tomarse tranquilamente una Coca Cola mirando la Torre de Hércules. Al parecer las reyertas entre los clientes del bar son habituales, hasta de vez en cuando aparece algún indigente muerto en extrañas circunstancias.

Entre los aspectos negativos también hay que señalar el abandono del antiguo solar de la Finca de los Mariño, después de ser ajardinada, tiene desperfectos y suciedad. 

Lo de la arena de cantera ya se ha comentado muchas veces en este blog. La playa tiene mucha pendiente y es poco apta para la práctica de deportes como el fútbol. Lo sería si hubiera una zona más alejada del mar, permanente seca y pero la ciudad se ha tragado la playas urbanas de Riazor-Orzán haciendo imposible la creación de una amplia fuera del alcance del mar. Por otro lado, el paseo apenas cuenta con servicios que permitan diversificar su uso o hacerlo más cómodo o divertido. 

Futura ampliación
El paseo marítimo de la ciudad se ha extendido hasta los límites municipales de su costa. Las próximas décadas se deberá abordar su conexión con otros paseos marítimos de otros ayuntamientos construídos a finales del siglo pasado. De esta manera, el área metropolitana tendrá una vía peatonal que permitirá el tránsito a pie desde Cambre hasta Arteixo y muchos más allá. Actualmente existe un sendero a lo largo del Río Mero desde O Burgo hasta el Embalse de Cecebre que tiene una longitud de 14 kilómetros. Imaginemos lo que sería hacer un recorrido a pie o en bici disfrutando de toda la riqueza paisajística marina-fluvial y ecológica desde Bens hasta Cecebre con su Bosque Animado. En Culleredo se está proyectando ir más lejos, con sendas que permitan llegar, sin obstáculos y sin usar ningún vehículo con motor, al Monte do Xalo o a Betanzos. En marcha, hay un proyecto de la Diputación para la creación de una gran carril bici metropolitano.

Trazado del carril-bici metropolitano
Los hábitos saludables en boga de hacer ejercicio y el uso de modos de transporte alternativos como la bicicleta o sistemas de transporte eléctricos de pequeñas dimensiones están haciendo que las vías peatonales hayan adquirido mayor importancia e incluso  sean una opción creíble frente la dictadura ejercida hasta ahora por los automóviles. Por qué no pensar en que es posible plantear una vía de comunicación peatonal metropolitana útil (alternativa a las congestionadas y contaminantes carreteras) reavilitando otros medios de transporte como el tren de cercanías o impulsando otros como un metro ligero paralelo a este trayecto peatonal y adaptado para que se pueda subir y bajar con la bicicleta. Siendo más futuristas hasta se podría pensar en vehículos automáticos eléctricos que pudiera moverse por carreteras a modo de locomotora de un tren enganchando en hileras pequeños vehículos modulares eléctricos de una sola plaza que pueden ser de gran ayuda a personas con limitaciones en su movimiento.

La importancia de la creación de esta vía de comunicación exige que Estado Central, la Diputación y la Xunta de Galicia hagan un esfuerzo económico necesario.

Pero antes de pensar en el gran paseo martítimo-fluvial metropolitano, se deberá conectar O Parrote con Oza a través del puerto interior y Oza con el Puente de Pasaje.

Para más información: 
"A Coruña de Paco Vázquez". Manuel Monge. A Nosa Terra.
"Outra Coruña e posíbel". Manuel Monge. A Nosa Terra.
"A Coruña nostalgia e ilusión". Xosé Castro. Hércules Ediciones.  

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